domingo, 25 de noviembre de 2012

Las tres Pallozas

Los caminos son siempre largos y angostos dentro del lejano Oeste de Ibias. Este es uno de los motivos por los que la gente decide quedarse en casa o elegir otras sendas, que pese a ser más largas y estar más alejadas son más fáciles de caminar. Ilusos todos aquellos que más por ignorancia que desconocimiento, hacen caso a esas voces que ponen fama a los territorios y deciden no dar ni siquiera el beneficio de la duda.


De fama precisamente quería yo hablaros en este reportaje que lleva por bandera, como no podía ser de otra manera, otra de las aldeas que componen el concejo de Ibias. No me culpéis por ser amante de mi tierra y presumir de este a oeste de ella, culpar a todos aquellos que aún teniendo la oportunidad deciden darle de lado.


Dice la definición de fama, que es la circunstancia de ser alguien o algo muy conocido y apreciado y esto precisamente es lo que define al pueblo de Santiso. La culpa no es de sus vistas, que como la mayoría de los pueblos de Ibias son maravillosas, ni de su posición estratégica, ni número de habitantes. El delito que te hace pecar yendo a esta aldea, no es otro que las tres pallozas que parecen estar ahí estratégicamente posicionadas para darte la bienvenida. 


Así lo venden los folletos turísticos del concejo y la propia ruta que en su día se creó. Así lo creía yo hasta que me topé con la cruda realidad y profunda vergüenza de ver in situ, la insensibilidad y falta de sentimiento que tenemos a la hora de valorar y cuidar nuestro propio patrimonio. No culpo a los propietarios, que serán en su mayoría gente que ya no está o personas mayores que las han mantenido en pie toda su vida. Culpo a esos herederos, que las dejan caer y al propio ayuntamiento que con su política de no conservación del patrimonio, está hipotecando el futuro turístico de nuestro municipio. 


De las tres pallozas que portaba la aldea de Santiso tan solo queda renqueante una de ellas, y a juzgar por su deplorable estado de conservación y brechas en la cubierta vegetal, no le queda mucho de vida. Sepa de ante mano el viajero que decida poner pie en Santiso, que esta es la foto que tendrá y no la que imaginaba...


Ante todo aquel que se pregunte si merece la pena ir a visitar esta aldea  una vez que su principal atractivo turístico hace aguas, no seré yo quien responda de manera negativa o positiva a esa pregunta. Que duda cabe, me gustaría que estas palabras fueran de alabanza y no de crítica


Un puñado de casas componen Santiso y unos diez vecinos aguantan con valentía el duro viento que los castiga desde cualquier punto geográfico. Sus 810 metros de altitud y sus más de 18 kilómetros de lejanía con la capital del concejo, no facilitan la vida en esta aldea.


Una calle principal vertebra el conjunto del pueblo. A medida que la voy recorriendo me llama la atención una panera con tallas en la madera, protagonista ahora de las fotos que antes retrataban las pallozas.  Una pequeña capilla de cemento dedicada a San Roque y San Román pone cabo a este sonado pueblo de Ibias.


Antes de poner fin a mi recorrido, miro al frente con ese sentimiento de tristeza que me invade y que pronto me quitan las impresionantes panorámicas que atesora este lugar sobre la parroquia de Os coutos y sus vecinos gallegos.


Si amigos, a veces la fama no es lo que nos dicen que es, sino lo que nosotros queramos que sea....

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El Castaño de mis juegos

Tengo el honor de mostraros un poema que un seguidor, un amigo, le ha hecho a un símbolo dentro del pueblo de Fresno.  Un impresionante castaño que se alza al final de esta aldea imponente y desafiando con sus sabios años, a todos aquellos que le retan. 


Viendo pasar la gente,  
de camino a la fuente,
te yergues imponente,
en la esquina de un prado,
a la tierra agarrado.

Viendo el tiempo pasar,
si tú pudieras hablar,
si me pudieras contar,
historias de ese lugar,
cuando viste quemar,
una casa, un hogar,

dejar a los dueños,
en un chamuscado solar,


Destrozaron sus sueños,
cómo tanta injusticia,
se puede cometer,
por la dichosa codicia,
que genera y da el poder.



Nunca pudiste entender,
que era eso de un rojo,
para ti fue siempre un color,
para algunos un despojo.

Un ser malo sin valor,
como siempre pasa,
el que más trabaja,
no tiene la mejor casa.

Tu estas en desventaja,
quitando tu el hambre,
no pusieron tu nombre,
al lugar donde naces,
donde vives y creces,
donde hoy envejeces.



El Fresno tiene el honor
sin hacer ningún mérito.
El Fresno te quito el honor,
con el que hoy luces en su pueblo. 

José Arias 

martes, 13 de noviembre de 2012

Los de Buso la arman de nuevo

Tres meses en el tiempo separan mi alma guardada en el pueblin de Fresno de mi cuerpo inmerso en el esqueleto encementado de una gran ciudad como Madrid. Varias son las añoranzas que rondan por mi cabeza de este caluroso veranin por las siempre bellas tierras de Ibias. 


Estas vivencias del pasado más inmediato me llevan al recuerdo del pueblo de Buso y de  sus gentes, algunas más buenas que otras, pero dispuestas un año más a querer destacar por encima de los otros pueblos que forman la parroquia de Tormaleo, organizando su segunda fiesta que ya se ha convertido por méritos propios en la de todos. 


Si el año pasado la escusa para formar la fiesta fue la aparición del  apolillado santo en la buhardilla de la casa del Mourin, este año, San Roque, lucia impresionante bajo el caluroso sol del pueblo de Buso. Lo que en un principio fue planificado como una sencilla fiesta partiendo de cero, se ha convertido por derecho en una fiesta, de prao, de aquellas que aunque pasen los años sigues recordando.


No penséis que esto se consigue solo, detrás de este proyecto hay una organización formada por vecinos y convecinos dedicando mucho tiempo para que todo salga al dedillo. Esta vida no da frutos sin esfuerzo y sin la intención de mejorar año a año y aunque quede feo el decirlo, las fiestas de Buso se superaron este año. 

Yo que soy un sabicheiro y lo cuento todo, no podía dejar pasar esta oportunidad, para dar unas pinceladas de este festejo. Todo comienza el sabado 10 de agosto a eso de las 23:00 en el prao al que ya han bautizado como el " Busodromo" con el Trío Las Xanas. No pararon de tocar en toda la noche. Tras la cumbia y pasodoble que tanto gusta en Ibias, llego el toque joven de manos de una persona  que se está ganando por merito propio aquel apodo del DJ de Ibias, no es otro que Eduardo o como se hace llamar DJ Eduale.


Al día siguiente y todavía con la resaca en el cuerpo, el pueblo de Buso se puso en pie para pasear en procesión a San Roque. No faltaron ni gaiteros ni gaitas, ni gente que acompañara la romería, ni el mismísimo cura dispuesto a oficiar la misa sin recinto para la oratoria. Lo que no consiguen algunos de Buso...


No olvidaré jamás el gesto que a título póstumo brindo este pueblo a un vecino muy querido por todos y que el destino, siempre traicionero, quiso apagar su vida unos meses antes de la celebración. Saturno, mi tío, una de esas personas que era capaz de darte lecciones de vida, bondad y humildad dirigiéndote unas pocas palabras, recibió el hasta pronto de aquellos que quisimos estar con él en su pueblo, en el que nació y nunca abandonó. 


Tuve el honor de alzar mi voz para leerle estas palabras y sacar la fuerza suficiente para darle fuerzas a su mujer, que tras llorar desconsolada fue tranquilizada con un gran ramo de rosas rojas y una placa conmemorativa en la que se podía leer que el pueblo de Buso, jamás olvidara a este gran vecino...


No podía faltar en la fiesta el pulpo que acompañado de churrasco y en compañía de una buena sidra y el buen son de gaitas de la banda de Cerredo, son "bocatto di cardinale". Varios puestos artesanos que iban desde la forja hasta las pastas y galletas caseras y un castillo infantil dónde pasarlo bien, daban ese toque perfecto que solo las buenas fiestas deben de tener.


Sale la Curuxa por la parroquia anunciando la noche y con ella da comienzo la actuación del Solista Dany y sus teclados. Uno lo tiene difícil si le toca actuar antes de un plato fuerte como la CIRIGÜEÑA, pero este chico con su simplicidad y buena forma consiguió el agrado del en ocasiones inquisidor pueblo de Ibias. 


Y por fin llegó la famosa y nada barata CIRIGÜEÑA que tal y como confesaron, era la primera vez que pisaban territorio ibiense. Se sucedieron las versiones de canciones conocidas con letra propia y en un perfecto bable que hizo que el "Busodromo" llenara su aforo. Estuvo bien pero no conquisto, será por aquello de que a los de Ibias, nos gusta mucho más zapatear y levantar polvo que estar de brazos cruzados escuchando. 


Recalcar por último el gesto solidario que tuvieron los organizadores tras donar el importe recaudado en cerveza a los mineros de la zona, castigados como bien sabéis por un gobierno  dispuesto a desindustrializar el norte español y a dejarlos, sin dignidad y derechos, sin sueldo, vacaciones, ropa, trasporte y al paro otros seis meses más...


Se acabó la fiesta, por lo menos hasta el año que viene y como es de bien nacidos ser agradecidos, reconoceremos el esfuerzo y buen hacer de toda esta gente que con iniciativa propia y un poco de imaginación, es capaz de alegrarnos la vida un par de días por el verano. Espero que vuestro ahínco y ardor sepa sobreponerse a la mala fe de algunos que más por enajenación que cordura, no entienden o no les interesa entender lo que hacéis.